Buenos días.
Todas las mañanas la regente de la escuela Mónica Loyarte, prof. Liliana Tobares, nos acompaña con unas palabras de reflexión para trabajar durante el día o la semana, muchas veces con palabras de la realidad, otras con analogías o metáforas.
Hoy, instó a los alumnos a progresar, a trabajar y no darse por vencido con los resultados cuando se puedan mejorar.
Con una analogía al trabajo en laboratorio con pulgas, permitió a los alumnos reflexionar y no autolimitarse, siempre se puede progresar y superar las metas.
Solo nosotros nos limitamos.
¿Saben cómo se doman las pulgas y logran que no se escapen? Es muy sencillo. Prueben el siguiente procedimiento que da resultados eficaces.
Metan una cuantas pulgas en un tarro de cristal y lo cierran. A poco verán que las pulgas saltan con fuerza intentando escapar. Al tropezar con la tapadera del frasco sienten el dolor del golpe contra el obstáculo. Después de dos o tres veces de intentar vencer la dificultad, ellas calculan el salto de tal manera que no se golpeen con la tapadera. Siguen con el deseo de escapar, pero no quieren enfrentar y luchar contra la dificultad que les impide lograrlo. Así se autolimitan en sus posibilidades. Al cabo de unas horas se habrán acostumbrado a saltar sin tropezar con el obstàculo, pues ya han quedado limitadas. Usted puede destapar el frasco con la seguridad de que ya no escaparàn.
Asi somos las personas a veces, al enfrentarnos con los obstáculos y las dificultades, calculamos instintivamente los movimientos de manera que no tropecemos con ellos. Al autolimitarnos queddamos domados y vencidos.